IMPRESO
Año 2015. Hill Valley, California.
–Wait a minute. Cubs win the World Series… against Miami? –dijo asombrado Marty McFly, mientras admiraba una pantalla gigante en el centro de la ciudad.
– Yeah, it is something, ha? –contestó Doc Brown, boquiabierto, con la misma sorpresa.
Esta, es una historia de una serie de eventos desafortunados.
Una secuencia de peripecias ajenas al béisbol que, aparentemente, incidieron en los resultados de un equipo, los Chicago Cubs.
Todo comenzó en una cantina en Chicago. Frente al estadio Wrigley Field, un inmigrante griego, William “Bill” Sianis, compró la taberna Lincoln y de a poco, el lugar se llenó de fanáticos del béisbol. El cheque con el que compró la taberna originalmente fue rechazado, pero las ventas del primer fin de semana de apertura fueron suficientes para saldar la deuda.
Poco tiempo después, de la nada, una cabra cayó de un camión de redilas frente a la taberna e inesperadamente, entró y dio un paseo. Sianis la nombró Murphy y la adoptó, a partir de ese día, sería conocido como Billy Goat; la cantina cambió de nombre: Billy Goat Tavern.
Entre 1876 y 1945, los Chicago Cubs fueron de los equipos más exitosos de las grandes ligas: 5475 juegos ganados vs 4324 juegos perdidos, para una efectividad de .559; 51 temporadas con récord ganador; y dos campeonatos de la Serie Mundial, la última en 1908.
El 6 de octubre de 1945 cambió la historia del equipo por muchos años. Los Cubs disputaban la Serie Mundial frente los Detroit Tigers, el equipo de la ciudad de los vientos ganaba la disputa 2 juegos a 1… dos juegos más y serían campeones nuevamente. Bill Sianis compró dos boletos para el cuarto juego, uno para él y uno para su cabra, Murphy. Ya en el parque de pelota, el acceso fue denegado a la cabra alegando que apestaba. Sianis, enfadado, exclamó: “The Cubs ain’t gonna win no more. The Cubs will never win a World Series so long as the goat is not allowed in Wrigley Field”. La historia tomaría un rumbo inóspito.
Esa Serie Mundial la ganaron los Tigers. Sianis envió un telegrama al dueño de los Chicago Cubs que decía: “¿Quién apesta ahora?”. A partir de ese momento, el récord del equipo fue perdedor, apenas alcanzaron la postemporada en 4 ocasiones y nunca llegaron al “clásico de otoño”.
En 1969 Sianis desechó la maldición que había lanzado años atrás, pero la suerte estaba echada. Los Mets de Nueva York consiguieron un milagro y dejaron fuera a los Cubs de la carrera por el título.
En 1973, el sobrino de Sianis y nuevo dueño de la taberna llevó a la cabra, Sócrates, al estadio en una limosina blanca, la paseó hasta la entrada sobre una alfombra roja con una letrero que rezaba: “Todo está perdonado, permítanme llevar a los Cubs a las finales”. A Sócrates, como a su antecesor Murphy, también le fue denegada la entrada. Los Cubs perdieron la buena racha que llevaban en la temporada.
En 1984, Sam Sianis y la cabra fueron invitados al partido inaugural. Parecía que la maldición había cedido, pues el equipo de Chicago tuvo récord ganador, tanto que alcanzaron la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, la antesala de la Serie Mundial… pero otra vez se quedaron al margen frente a los Padres de San Diego.
En 1989, 1994 y 1998 los Chicago Cubs intentaron romper el maleficio. Llevaron a otra cabra, descendiente de Murphy al estadio. Los fanáticos coreaban que permitieran la entrada del animal al estadio prácticamente en cada partido. Chicago Cubs tenía más de 40 años sin llegar al “Clásico de Otoño”… y contando.
El segunda base de los Florida Marlins, Luis Castillo, está en el plato listo para batear. Cuenta llena. Los Cubs ganan la serie 3 juegos a 0, 5 outs más y estarán en la Serie Mundial por primera vez en más de 60 años. Juan Pierre está en posición de anotar, aguarda en segunda base. La gente en las gradas está expectante, se siente la tensión en todo el estadio. Prior en el montículo mira fijamente al cátcher y lanza. Castillo golpea sólido y sale disparado hacia primera base. La pelota se va… se va… se va… está en territorio de foul, Alou la está midiendo y… ¡un fanático se la quitó del guante! ¡Increíble!
Aquella serie la terminaron perdiendo los Cubs, el aficionado fue incriminado y escoltado a la salida por su propia seguridad. 2003 parecía ser el año de Chicago… pero nuevamente la mala fortuna hizo de las suyas.
En 2005, en la antesala de la Serie Mundial los Cubs fueron detenidos una vez más. La maldición de Sianis estaba vigente. Chicago enfrentaba a los Mets de Nueva York, y paradójicamente, Daniel Murphy -sí se apellida Murphy, como la cabra- se voló la barda en cada uno de los 4 juegos y dejó al equipo esperando por lo menos un año más.
En 2016, los Cubs llegaron, finalmente, a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en la que vencieron a Los Ángeles Dodgers en el juego 6, rompiendo así la maldición de Billy Goat. Curiosamente, aquél día, 22 de octubre, se cumplieron 46 años de la muerte de Billy Sianis. El drama parecía no terminar nunca, pero aquél año, los Chicago Cubs conquistaron el título de las Grandes Ligas tras derrotar por una carrera, en la décima entrada del séptimo juego, a los Cleveland Indians.
Back to the Future II le atinó a algunas predicciones que podrían pensarse inimaginables en 1989: Miami obtuvo un equipo de béisbol en la Grandes Ligas en 1991, aunque el nombre es Marlins y no Gators. Sorprendentemente, los Chicago Cubs, que desde 1908 no ganaron una Serie Mundial, ganarían nuevamente… a menos de que una cabra, literalmente, se interpusiera en su camino.
Murphy, como nombre o apellido; una cabra y sus descendientes; un sueño anhelado; y una serie de eventos desafortunados desencadenaron 108 años de penitencia para los Chicago Cubs.
El comentarista deportivo Ernie Harwell alguna vez dijo que “el béisbol es ballet sin música, drama sin palabras”. Tenía razón.
Datos curiosos[1]: