IMPRESO
El caótico y querido D.F. no se cansa de seducirnos con sus sabores. Algunas reinterpretaciones, otras recetas que tienen siglos, pero todas nos recuerdan que, detrás de cada “México lindo y querido” que se canta, hay maíz de por medio.
Por Marck Gutt y Alan Amper
D.F. en cuatro tiempos