Futbol Total – 30 años contigo

IMPRESO

Alex detiene el balón bajo los tachones y levanta la cara. Una fracción de segundo. Su mirada estremece a la hinchada rival. El reloj no se detiene pero como si se suspendiera. El rumbo de la jugada cambia y respira. Basta un toque para enviar la pelota donde nadie la espera; y como magia, encuentra la red, aunque el toque final no haya sido suyo.

Así es. A veces la pelota gira hacia lugares inesperados: un rebote en el poste y el rumbo de la jugada cambia completamente de dirección, un pase con comba que se pasea por el área esquivando pies de unos y otros; y al final, la pelota también tiene aristas con infinitas relatos… esta historia, es la de un hombre sencillo, triunfador, que llegó a México hace 30 años para cambiar el sentido del futbol, tanto en la liga local, como el de su selección. Él es Alex Aguinaga.

Una carrera que siempre comenzó con gol, y aunque ese es el momento cumbre del partido, Alex siempre va más allá del resultado, porque antes de ser futbolista, está la persona, íntegra. Una reflexión luego de tres décadas de aterrizar en México por primera vez.

Alex Aguinaga fiel a su palabra, llegó desde Quito, Ecuador, en 1989.
“A la distancia y después de tantos años de estar aquí, creo que fue la mejor decisión que pude haber tomado. Sostener o mantener mi palabra a las personas que fueron a buscarme en Ecuador, a ‘Panchito’ Hernández y Jorge Díaz Barroso, quienes fueron a buscar jugadores sudamericanos y se encontraron conmigo a inicios del 1989, hasta septiembre que yo llegué al futbol mexicano, se atravesaron muchas historias, la posibilidad de ir a Colombia, la posibilidad de ir a Italia, inclusive una en España, pero yo ya tenía mi mente y mi palabra puesta en México. Había un tema de que si venía al América o venía al Necaxa, al final las estrellas se alinearon y terminé en los Rayos”.

Debutaste con gol en el Necaxa y en la selección de Ecuador…
“Se puede decir que es suerte, fortuna, bendición de Dios, hay muchas formas en las que uno lo puede mirar, lógicamente trabajo va de la mano; obviamente también necesitas una gran dosis de suerte porque estar en el momento indicado en el momento justo depende de muchas circunstancias. En un partido de futbol puede ser que tú levantes el centro y que otro remate pero a veces el que remata eres tú porque otro levantó el centro. Todas esas situaciones que se presentan en un partido de futbol son circunstancias que en la vida irán sucediendo; tú de pronto tienes una idea y es otro el que la pone en práctica, y el beneficiado es otro, muchas veces el universo te va mandando señales y lo único que debes hacer es hacerles caso o no, y cuando haces caso y salen bien qué bueno, y cuando no, también qué bueno porque intentaste algo diferente”.

¿Cambiaste la historia del futbol mexicano y el futbol ecuatoriano?
“Se van dando las circunstancias, se van dando las cosas, se van dando los hechos conforme vas trabajando y vas creyendo en tus posibilidades, y tener fe en uno mismo y en los compañeros, fe en el proyecto y en los objetivos a conseguir. De ahí en más, todo se traduce en esfuerzo, en sacrificio, en alegrías y en tristezas; hay más tristezas que alegrías, con los deportistas, en general y a nivel mundial, puedes ser muy ganador, puedes tener muchos títulos, puedes tener muchas medallas colgadas, pero para llegar a eso hubo días de mucho dolor, de mucho sacrificio, de mucha bronca, coraje porque no funcionaba nada. Más que cambiar creo que es mejorar, no es que das un giro, lo que haces es ir hacia arriba, entonces buscas ser el mejor y dar lo mejor de ti, buscas encontrar tu nivel y equilibrio con tus compañeros, y así alcanzar el éxito. El éxito es efímero, el fracaso es más largo, del fracaso se acuerdan todos, el triunfo es tan corto que al siguiente día tienes que volver a triunfar porque se olvidan, el fracaso es más extenso porque fracasas más veces de las que triunfas. En ese sentido, hubo éxitos precedidos de fracasos. como calificar al Necaxa al Mundial de Clubes y jugarlo, lograr tantos títulos en el torneo mexicano, en Copa México, a nivel internacional…, y después llegar con tu selección a un Mundial por primera vez. Lógicamente, a la distancia, si te pones fuera del personaje, si te pones fuera de Alex Aguinaga dices ‘oye, lo que hicieron fue histórico’, regresas a la persona y dices ‘lo que hicimos es parte de lo que queríamos hacer, era nuestra obligación y era nuestro deseo, nuestro sueño, se combinó y pudimos conseguirlo’”.

¿Cambió el futbol de 1989 hasta hoy?
“Ha cambiado bastante, el futbol es más dinámico, menos aptitud. El talento es en movimiento, el nuestro era más precisión y calidad, el de ahora es precisión en velocidad. Hoy los errores son más visibles, además de que la televisión te ayuda a verlos mejor. Ahora es tan rápido el futbol que no te da tiempo para pensar, tienes que pensar en movimiento, y el jugador que está capacitado para eso será diferente”.

¿Cuáles son tus rasgos mexicanos?
“Mis hijos son mexicanos. El acento inclusive se va más para el lado mexicano, tengo la fortuna de convivir con personas de otros países, argentinos, uruguayos, brasileños, colombianos, y eso te ayuda a tener una mezcla de dialectos y que no se te pegue el dejo mexicano al cien por ciento. Indudablemente que después de 30 años la cultura mexicana la siento como mía, quiero mucho a México; yo me naturalicé apenas hace unos 10 años, estoy hablando de que podía hacerlo hace mucho tiempo. Había gente que decía que podía jugar en la selección mexicana, no podía, pero soñaban con esa opción. Yo sabía que era imposible y además en esa época, cuando me ofrecieron nacionalizarme, tenía que renunciar a mi nacionalidad ecuatoriana, yo dije que no, que no renunciaría nunca”.

¿Cuál es platillo favorito mexicano y ecuatoriano
“La comida típica ecuatoriana me encanta. En Ecuador hay un caldo que se llama Caldo de Pata, con pata de cerdo; y acá es el pozole, muy parecido, en las combinaciones. Acá me gustan mucho los chilaquiles, sobre todo en la época decembrina, paso mucho tiempo con la familia. Allá no existe la tortilla de esa manera, es sabrosa pero por momentos, mucha tortilla cansa, obviamente con taquitos y demás. La comida típica tanto ecuatoriana como mexicana me encanta. Cuando viajo a diferentes ciudades trato de aprovechar la comida típica local”.

¿Qué diferencias hay entre la afición en México y en Ecuador?
“Yo creo que es muy parecido, la prensa es muy parecida, creo que la mentalidad es muy similar, vidas similares, carencias y beneficios muy equivalentes. Obviamente hay quien dice algo parecido a ‘que nadie es profeta en su tierra’, y que más me quieren acá que allá (Ecuador), y en realidad allá me quieren mucho, gracias a la selección, porque cuando estás jugando en un solo equipo lógicamente los otros equipos te odian, pero la selección es una. Los recuerdos que tienen de mí en Ecuador son por la selección, aquí en México me gané el respeto jugando para un equipo que era considerado chico porque la historia luego fue cambiando, de un equipo importante a un equipo que quería resurgir, donde la gente valoraba el esfuerzo, el trabajo, y eso es agradable. Yo recuerdo que me decían ‘tú no viniste a robar’, estás acostumbrado a que te vendan espejitos, hablo de la época de la conquista en que te daban espejitos y te robaban el oro, y muchas veces la gente se queda con eso; ‘tú viniste a trabajar’ y eso reconoce el aficionado, el esfuerzo, la constancia, el tesón, la regularidad y eso es lo que yo trataba de hacer siempre”.

¿Qué percepción tenías de México antes de llegar?
“Lo primero que viene a la mente cuando hablas de México es el Chavo del Ocho. En la época de niño, con mis papás, mientras mi mamá preparaba la cena en la cocina, nosotros estábamos viendo la televisión, veíamos el Chavo del Ocho. A las ocho de la noche era el programa de Don Roberto Gómez Bolaños, y todos estábamos reunidos en la sala alrededor del único televisor que había, aún no era a color, en blanco y negro, y recuerdo que nosotros éramos el control remoto, era ‘levántate y cámbiale para ver qué hay’. De la cultura mexicana era el Chavo del Ocho, El Santo, las novelas, que era lo que siempre llegaba como producto, o algún documental de cómo era la Ciudad de México, Xochimilco, el Ángel de la Independencia, el Palacio de Bellas Artes, las pirámides. A mí me impactan cada vez que voy a Teotihuacán, me encantaría conocer Chichén Itzá y no he tenido la posibilidad sobre todo por tiempo. Hay lugares hermosos tanto en México como en Ecuador para conocer”.

¿Extrañas Ecuador?
“Extraño mi familia, mis papás, mis hermanos; extraño parte de la comida que es muy parecida a la mexicana, excluyendo el picante (que es demasiado fuerte), allá también existe el ají pero mucho más suave. Los productos son muy parecidos, la sazón es muy parecida. Somos de la parte indígena, aunque unos son los mayas o aztecas y otros son incas, muy parecido en realidad. El usufructo de las raíces es lo que se comía en la época precolonial y obviamente tras la conquista. Hay muchas similitudes, no sólo en el idioma, también en costumbres.
A Ibarra no he regresado últimamente, tengo amigos allá. Mi mami tiene familiares allá todavía, no he ido hace mucho tiempo, obviamente me cuentan que ha crecido una enormidad, antes era una ciudad muy pequeñita, donde nosotros jugábamos todavía en potreros. Prácticamente la ciudad ha crecido tanto que los potreros, sequias, o cabañitas, ya se los comió la ciudad, el cemento. Es la ciudad blanca, todo se pintaba de blanco, una costumbre. Como no viví ahí más que dos años, no puedo decir que la extraño, extraño Quito sí, porque ahí crecí”.

Alex Aguinaga marcó una época en el Necaxa, no sólo por su calidad técnica, si no por ser un líder en el campo y en el vestidor; Alex demostró siempre que la calidad humana no está lejos del balón. En un reportaje de la televisión ecuatoriana, en 1994, el eterno 7 de los Rayos dijo: “En Necaxa me siento muy contento, me siento muy contento en México, tengo buenos compañeros, y uno tiene que estar a gusto, en el trabajo es la única forma de rendir al máximo”. Sus compañeros lo respetaban siempre y lo querían, Ricardo Peláez dijo en aquella ocasión: “Quiero hacer notar que para mi es el mejor compañero, si no uno de los mejores, con el que mejor me llevo, llevamos ya algunos años de amistad, es un jugador que ha venido a aportar muchísimo al futbol mexicano, tiene una calidad indiscutible”; el entonces entrenador del Necaxa, Manuel Lapuente relató que “Alex Aguinaga es un excelente jugador, es uno de los extranjeros que han sido muy recibidos en México por su actitud profesional que siempre ha mantenido, es un jugador con integridad moral”.

Treinta años en México que marcaron a una generación. Aclamado por los hinchas locales y temido –por sus cualidades futbolísticas– entre la fanaticada rival. Alex, el ecuatoriano y el mexicano, mejoró la historia del futbol en México y en Ecuador. Ese mismo Alex que jamás niega un autógrafo o una foto, porque a pesar de ser diferente, es uno más.

Raíces tricolores
“Ahora tengo la doble nacionalidad. No puedo perder mis raíces pero tampoco puedo dejar de alimentar el árbol que ya creció en México. Soy ecuatoriano y soy mexicano, con orgullo lo digo”.

Culturas tricolores
“Aquí y en Ecuador te enseñan ser caballero, a siempre estar atento a las necesidades de otras personas, de las damas sobre todo, y eso es muy parecido en la cultura. También el machismo es parte de nuestra cultura”.

Analista de futbol
“Como analista, como comentarista, trato de analizar precisamente el acierto y el error, ver dónde se equivoca, y dónde acierta porque esas partecitas, son décimas de segundo, decisiones mal tomadas, decisiones que se traducen en goles a favor o goles en contra. El hecho de trabajar en la televisión también ayuda a mejorar el léxico, tiene que constantemente mejorar el vocabulario, regular tonos. Como analista es mucho más sencillo, es mejor ser historiador que profeta, como técnico eres medio profeta, estás tratando de proyectar algo tuyo y que te de resultado lo más pronto posible, como analista vas haciendo una recopilación de lo que viste y juzgas o analizas lo que viste en la cancha, te da lo mismo si gana o pierde un equipo, no te afecta más de lo normal como aficionado, o si eres amigo de algún técnico, o jugador, de un directivo, que te da tristeza que la vaya mal”.

La imposibilidad del técnico
“Las dos me gustan (analista y técnico), tienen su grado de dificultad, hay más presión como director técnico porque dependes de los resultados y los resultados no dependen de ti, puedes hacer tu trabajo pero al final los que están en la cancha son los jugadores, te puedes equivocar, sin lugar a dudas, pero hay veces que da tiempo de corregir, como jugador no te daba tiempo y como técnico, tratar de corregir algo tal vez provoque que el jugador lo tome mal o tal vez se confunda, o simplemente no quieran hacer las cosas que pediste, por un montón de razones. Es un trabajo de mucha tensión pero es bonito porque vas enseñando algo de lo que tú hiciste, vas dejando huella en los jóvenes, a los cuales tratas de darles tu mejor cara, tu mejor consejo, tu mejor trabajo para que prosperen, y no sólo en la parte deportiva, sino en la personal que es lo más importante”.

Futbol, actividad lucrativa
“Creo que sí hay demasiados extranjeros en el futbol mexicano, son demasiados, tiene que haber un embudo más fuerte. El reglamento está así, los extranjeros que vienen a México tratan de dar su mejor esfuerzo, vienen a luchar, con buenas intenciones, y muchos de los jugadores mexicanos quedan al margen porque entra la inversión que hacen el directivo y el técnico, y pues tiene que jugar el extranjero para justificar la compra o traspaso, y cuando el jugador mexicano está por encima del extranjero, es una encrucijada para el técnico o el directivo. Juega porque es una inversión, el futbol se ha vuelto una actividad muy rentable económicamente hablando y todos tratan de sacar lo mejor de ésta”.

De primera con Alex Aguinaga:

  • Mejor futbolista: Cristiano Ronaldo
  • Mejor club: Real Madrid
  • Equipo de sus amores: en Ecuador es el Deportivo Quito, en el futbol mexicano Necaxa
  • Mejor gol anotado: a la selección brasileña
  • Mejor amigo en la cancha: el balón
  • Descripción de sí mismo: sencillo y triunfador
  • Cantar o bailar, cantar
  • Súper poder: poder conceder deseos
  • Cine o Netflix: las dos, depende la compañía
  • Súper héroe favorito: Súperman
  • Artesanía favorita: muñecas de barro

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