IMPRESO
Un sueño pirado. En la cancha de la secundaria 206 se jugaba el clásico: 5a vs 5c. Todos estaban atentos, sabían que Marta era capaz de anotar sola, era como una ráfaga. Y ahí, sin hacer mucho ruido, en el equipo contrario estaba Miguelito, el único hombre en el partido… Faltaban cinco minutos para que sonara la campana cuando el niño desbordó por la derecha, hizo “pared” con un árbol, recortó y le hizo túnel a Rosa, prácticamente nadie se había atrevido a hacer eso antes: nunca ningún niño había driblado a una mujer. Los espectadores comenzaron a murmurar, entre carcajadas, que un niño se había burlado a Rosa. La jugada terminó con un tiro desviado.
Singular distopía –agresiva– que luce imposible, al menos en el contexto inmediato, de convertirse en realidad. Y es precisamente al revés. No debería suceder a favor de ningún género, la balanza debe estar equilibrada en función de que, independientemente del género, todos tienen los mismos derechos y deben ser tratados de la misma manera, en todos los sentidos, sin distinción ni motivo alguno.
Esa historia podría ser la de Paola “Wera” Kuri, creadora del movimiento #futsingénero, en un mundo al revés. Una mujer que decidió compartir su sueño y trabajar para que más mujeres puedan cumplirlo. “Juego fut desde que tengo tres años, y en México ser niña y jugar futbol no combina. Hasta la fecha se le sigue considerando más un deporte de hombres que de mujeres, están cambiando las cosas, pero cuando yo era chiquita literalmente no era para mujeres; crecí toda mi vida teniendo que romper el estereotipo de que el futbol no era para mi, la gente me lo decía: ‘tú no deberías jugar futbol porque tú eres niña, el futbol no es para ti’, y qué fuerte decirle a un niño que algo no es para ella o para él por su género. Es lo que se está rompiendo, conseguir que la gente sea quien quiere ser y haga lo que quiera hacer”. Estábamos platicando en una cancha rehabilitada por #BlueWomenPinkMen en Tultitlán, refugiándonos del sol. La obra de arte que pintaron en el piso fungió como lienzo para dar color a la entrevista, de fondo niñas y niños estrenando la cancha a balonazos y sonrisas. No sólo se trata del discurso, se trata de la acción, desde cualquier trinchera.
-¿Qué hay de frases como corres como niña, le pegas como machorra, o ¡uh! Te burló una chavita, seguido de carcajadas?
-La gente se está dando cuenta de que eso genera desigualdad, han habido campañas excelentes alrededor del tema que te dicen, ‘cuando haces las cosas como niña, ¡las haces muy bien!’. Recuerdo que cuando era niña, y le hacía ‘túneles’ a mis amigos, todo mundo murmuraba ¡uh! Te hizo túnel una niña… y al contrario, no es porque fuera niña, es porque era buena jugando fútbol, me gustaba demostrar eso, no tenía que ver si era niña o niño, es el talento, no el género.
-Pero en una sociedad tan machista como la nuestra, con esa mezcla cultural de sumisión que nos dejó la conquista, lo religioso del país, la política… en fin, ¿cómo lidiar con eso?
-Es muy latente. El problema es que sí permea mucho en el deporte: los rudos, de fuerza física son para hombres, y los delicados, suaves, sin contacto, son para mujeres. No debería ser así. Escucho de mis amigas y colegas chilenas, argentinas, y la historia es muy parecida a la de México, es un espejo; la discriminación, de equidad salarial ni hablemos… es un abismo ridículo e indignante.
-¿Qué hay que hacer para que más niñas jueguen lo que quieran cuando quieran?
-Precisamente a través de @FutSinGenero @BlueWomenPinkMen y @ethosart buscamos generar espacios para hacer deporte accesibles para todos. La educación. La idea generalmente no está fundamentada, la idea surge porque así te dijeron… las mujeres no -deben- sudar, no saben correr. Es educación, necesitan ver que todo es igual, cambiar la perspectiva con campañas como la de Nike, Dream Further”, donde la narrativa se centra en que la mujer es la protagonista exitosa, que sí puede, que sí es. Blue Women Pink Men específicamente se dedica a rehabilitar espacios públicos a través del arte y del deporte. Hasta ahora son 13 espacios rehabilitados en un año. Trabajamos en zona desfavorecidas sobre todo.
-El cambio de perspectiva también comienza a nivel individual ¿no? Fui el entrenador del equipo femenino de mi prepa –dije entre risas– y fue una experiencia muy divertida. ¿Cuál es la fórmula ideal para jugar un partido mixto?
-He jugado partidos mixtos y sigo jugando con amigos, me encanta, crecí jugando con niños. Yo era la única niña. Es mi espacio. Generalmente, cuando te entran duro, es porque se arden; hay una diferencia entre arderse porque una mujer le quitó el balón y entrar duro porque es parte del juego, el futbol es de contacto, el choque es natural. Es verdad que hay una diferencia física, el hombre es más alto, es más fuerte, normalmente es más rápido, entonces en un partido mixto a veces el hombre no puede tirar de cierta distancia si es una mujer la portera. Si se juega bien, es muy divertido, intenso, hay buen nivel”.
El Mundial Femenino de Futbol terminó apenas hace unos meses en Francia. México no clasificó. Y cómo sin el apoyo debido. Aquí, impera el poder del dinero sobre todo lo demás; los deportes femeninos pasan inadvertidos porque “no generan utilidades”, y cómo, si no se les da la cobertura que merecen. La Wera y su equipo de #futsingénero, con poco tiempo a su favor, se descubrieron prácticamente sin ningún tipo de apoyo. “México no pasó a la Copa Mundial Femenina de la FIFA de 2019 y por tanto los medios se lavaron las manos, decidieron no cubrirlo. Entendí la necesidad de estar allá, con la playera de la igualdad, me fui a cubrir el mundial porque ahorita ahí está todo, aquello por lo que llevo luchando desde hace cuatro años ahí explota. Nos fuimos de manera independiente, teníamos un patrocinador que un mes antes se bajó del barco. Trabajamos muy duro y terminamos demostrando que se hace ruido con el futbol femenino; sirvió mucho que Estados Unidos fuera campeón, se volvieron las rockstars del momento. A raíz de eso, televisoras y marcas nos buscaron para empezar a trabajar el proyecto de aquí a cuatro años. Demostramos que a la gente sí le interesa, y lo hicimos de forma profesional, con calidad, y de manera independiente”. El mundial de Francia no sólo cambia la narrativa alrededor del futbol a través de personajes como Marta Vieira, Alex Morgan, Megan Rapinoe, o Ada Hederberg, sino también por medio de movimientos que están creciendo rápidamente.
“Llegamos a París y el gran mundial que esperábamos ver, no estaba. No había nada de publicidad, había gente en las calles sin saber que el mundial se jugaba en Francia. Empezamos a movernos, a conectarnos, y nos dimos cuenta que había otros proyectos de diferentes países haciendo lo mismo. Terminamos haciendo ese gran mundial que no existía y que sí se merecía. En la fase final se hizo mucho más ruido”. La Wera Kuri me dijo, con un dejo de nostalgia, que pudo ser futbolista pero que cuando empezó, entendió que era más importante trabajar para que más mujeres puedan realizar su sueño, y entonces además de admirar a Cristiano Ronaldo, idolatrar a jugadoras como Rapinoe, Marta Vieira, Charlyn Corral o Nicole “la Capi” Pérez. ¡Ah! Aunque reafirmó que “no le va a nadie” sí dijo entrever que le tiene cariño al América… Me dejó sin palabras, y desconcertado.
-Wera, tras un breve análisis de nuestra charla, corrígeme si estoy equivocado, me parece que buscaste empoderamiento para las mujeres a través de un sueño personal, que se volvió compartido, y que a pesar de las frustraciones, renuevas –a través del trabajo en equipo durante el mundial– ese empoderamiento en ti misma y por lo tanto, se transmite a las niñas, a las mujeres en general.
-Es eso-, dijo con una sonrisa. -También es ejemplo para otras personas que persiguen un sueño personal y de pronto descubren que es algo que va más allá de ti”.
-Y que lo persigan.
En el salón, todas las niñas platicaban de los goles que Marta hizo. Había rumores acerca de si en las tardes ya entrenaba con una segunda o primera división, o que reclutadores de equipos estadounidenses ya la estaban siguiendo. Ese día, lo importante fue el gol que hizo para que su equipo ganara el clásico de la secundaria. El episodio de Miguelito desapareció de la narrativa, porque era algo normal.
Singular utopía, que de a poco se vuelve realidad.
Recuadro “Las cuatro de crack”:
Contacto:
[1] https://www.efe.com/efe/america/deportes/la-seleccion-femenina-de-futbol-ee-uu-demanda-a-federacion-por-discriminacion/20000010-3919292
https://www.vox.com/2019/7/10/20686692/us-womens-soccer-team-parade-equal-pay