Esperamos ansiosos laaargos cuatro años para ver los Juegos Olímpicos, eso en la normalidad anterior. Esta vez tuvimos que esperar un año más, porqué nos atacó el virus; y no, no es el comienzo de una novela de ciencia ficción.
Un brinco, un sprint, lágrimas de frustración y otras de alegría, un golpe y una anotación… esos pequeños detalles que nos hacen emocionarnos con historias increíbles –porque parecen de otra dimensión–; por un momento el tiempo se detiene, un suspiro y una gota de sudor que resbala por la mejilla, la pelota regresa al aire. Es lindo recordar o imaginar, pero todo eso tiene un costo y no sólo económico. ¡Y cruza la meta!
Sin latigazos de flagelación, pero sí con mirada crítica de sus implicaciones. Parece eterno cuando en la Ceremonia de Clausura de Rio de Janeiro 2016, Japón dio una probadita de Tokio 2020, su estilo de vida con el emblemático cruce de Shibuya y sus distintivos urbanos; en la cultura con su tecnología y el mundo virtual, el manga, Mario Bros, los Súper Campeones. El presupuesto inicial estaba calculado en $7.3 mil millones USD, hoy, de acuerdo con información de Business Insider, el costo estimado de los Juegos Olímpicos es de $26 mil millones USD; aunque el comité organizador dice que su presupuesto es de $15.4 mil millones USD. En cualquier caso, es una fortuna.
Los números son fríos: los Juegos Olímpicos se llevarán a cabo en 43 diferentes instalaciones, todas con costo mayor al presupuestado. Los 21 edificios que componen la villa olímpica con departamentos que costaron 2 mil millones de dólares serán vendidos después de los JJOO al público en general, mientas tanto, llevan un año “abandonados” o más bien desolados, porque se pospuso el evento.
Muchos japoneses se oponen al magno evento y creen que deben ser cancelados o pospuestos, otra vez. De acuerdo con The Guardian, el 12 de mayo de 2021 Japón registró un pequeño repunte de contagios de Covid-19, alcanzando 7521 casos, su número más alto desde enero de este año; mucha gente muere en sus casas porque no hay camas disponibles en los hospitales o esperan los medicamentos desde marzo. Algunos atletas tienen dudas acerca de las medidas precautorias tomadas por el comité organizador en relación con la pandemia debido a la falta de vacunas en Japón. La situación es grave si se toma en cuenta que 300 doctores y 400 enfermeras serán requeridos diario durante los JJOO sólo para atender el evento; el costo de las medidas preventivas para contrarrestar el Covid-19 será de 900 millones USD. Así que el oxígeno no sólo es para pasar la última prueba.
Toshiro Muto, antiguo CEO de los Juegos Olímpicos anunció que los juegos se pospusieron el 24 de marzo de 2020, el año de retraso aumentó el costo de operaciones en $1.6 mil millones de dólares. Cerca de tres cuartos de las utilidades del COI proviene de la venta de los derechos de transmisión de los JJOO. Está presupuestado que las ceremonias de inauguración y clausura cuesten 118 millones de dólares. De los derechos de transmisión Tokio no recibirá prácticamente nada, y derivado de la pandemia y las restricciones de viaje para aficionados que no estén Japón, la ciudad perderá 850 millones de dólares en venta de entradas.
No todo son números rojos, el comité organizador de Tokio 2020 en su reporte de sostenibilidad previo a los juegos, ya pospuestos, menciona que se introdujeron 500 coches eléctricos para pasajeros, 5 mil medallas hechas de residuos de artículos electrónicos donados por los japoneses, más 37 mil árboles conservados en los diferentes edificios donde se realizarán las competencias, entre otras acciones. Por otro lado, buscan que la energía utilizada en la justa se 100% renovable, verde. Todo alineado con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Los Juegos Olímpicos están a la vuelta de la esquina. La fiesta y amistad que se comparten esta vez serán virtuales… El ánimo por volver a ver hazañas de súper héroes se contrapone con las implicaciones sociales y económicas. Volver a competir juntos con algarabía y rozarnos para olvidarnos –brevemente– de lo que fue la pandemia; paradójicamente, eso que nos hace regresar a la “realidad” nos pone en mayor riesgo, y no sólo por el virus. Muchos deportistas se enfrentarán a un sueño incompleto: con las tribunas semi vacías deberán buscar tal vez dentro de sí algún empujón que les ayude a dar el extra; en la imaginación quedarán los barullos de la afición enardecida.
Los Juegos Olímpicos permiten mostrar al mundo agendas políticas muchas veces calladas por los más poderosos, otra veces dan foco a problemas sociales en diferentes partes del mundo. Esta vez, historias como el puño negro que levantaron en México 68 en señal de protesta tomarán forma desde lo digital. Lo romántico está cuando dos rivales se abrazan después de que suena la chicharra, alguien se desvanece de la emoción una vez cruzada la meta o cuando se consigue un récord que parecía imposible.
Ya estamos viendo las consecuencias de abrir las gradas a la afición en la Eurocopa 2020 (en 2021) y eso que ea ambulante. En Finlandia reportan que hay aumento de contagios de Covid-19 tras la visita de sus aficionados a un estadio ruso… veremos qué efectos tiene en Japón que se reúnan miles de personas de todo el mundo.
Así que vale la pena preguntarse si los Juegos Olímpicos merecen la pena realizarse… ¿y tú qué opinas?